La plata nunca abundó en el territorio argentino, pero cuando Sebastián Gaboto pasó en 1526 por el estuario formado por la desembocadura del río Uruguay en el Atlántico, engañado por el metal precioso que encontró en manos de unos indígenas, lo llamó Río de la Plata, sin saber que ellos se lo habían robado a los marineros de la expedición portuguesa dirigida por Aleixo Garcia.
Aunque la confusión se aclaró poco después, el nombre se mantuvo, y muy pronto el gentilicio ‘rioplatense’ se aplicó a los habitantes de ambas márgenes del Plata, el Paraná-Guazú ‘río grande como un mar’ en lengua aborigen.
‘Plata’ en latín es argentum, nombre sustantivo al que corresponde el adjetivo argentinus. El nombre Argentina fue usado por primera vez por el poeta extremeño Martín del Barco Centenera (1535-1605) en su poema histórico La Argentina o la conquista del Río de la Plata, publicado en 1602, sesenta y seis años después de la fundación del puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Aire, hoy Buenos Aires.
En español existe también el sustantivo argento, sinónimo de ‘plata’, usado en lenguaje poético. El mercurio ha sido llamado ‘argent vivo’ desde el siglo XIII, y la expresión ‘argento vivo’ se encuentra aún hoy en el Diccionario de la Real Academia Española con el mismo significado.