de la noche y partió con ella.
Tenia en sus ojos el color de la
esperanza y la derrota de las almas
solas.
Tenia en sus ojos el color de la
esperanza y la derrota de las almas
solas.
Supe por azar de sus sueños,
del gusto de sus hijos, de la tia con
nombre de brisa de mar y otros cuentos
que me contó al amanecer de cualquier
noche de fiesta.
Cuando no regresó guardé el amor
en un lugar de la ciudad que caminó
conmigo. Fue el negocio hablado.
Después de aquellos días
cada quien partiría buscando
su destino y así fue.
Sin embargo a veces viene la tristeza
y le oferto mi corazón por tres centavos.
No sabe que en el juego de la razón, fue
acordado que marcharías con las sombras
hacia otro amor cualquiera.
Quien pregunte le diré que
pasamos por el mismo lugar, que
estás allí con tus sueños perdidos
y que yo me fui con el amor
que en tu corazón no
hecho raíces.