Zamora y Maisanta. Semejanzas y diferencias


Oldman Botello

zanoraCurucuteando la vida de los generales Ezequiel Zamora (1815-1860) y Pedro Pérez Delgado, “Maisanta” (1881-1924), hemos hilvanado una serie de aspectos coincidentes o diferentes entrambos. Nótese que escribí la fecha de nacimiento de Zamora en 1815, porque nació ese año. Lo podemos afirmar luego que descubrimos en el Archivo General de la Nación el Censo de población en 1830 de Villa de Cura. En la calle Zulia, hoy Jaime Bosch, vivía con su hermana Carlota y el esposo de esta, don Juan Casper, italiano (y no alsaciano, como dicen sus principales biógrafos: Villanueva, Landaeta Rosales, Brito Figueroa), ascendientes de los hermanos Pimentel: Cecilia, el poeta Francisco o Job-pim y el coronel Luís Rafael Pimentel Agostini-Casper); en dicho censo se dice que Zamora tiene 15 años, escolar; y si el año era 1830, quiere decir que nació en Cúa, de padres aragüeños, de Villa de Cura y Maracay, en 1815, en plena guerra de Independencia. Quien sembró la duda al comienzo fue el mismo Zamora que dio el año 1817 como el de su nacimiento en el juicio que se le siguió en 1846; alguien agregó que fue el primero de febrero, de lo cual no hay constancia documental, como tampoco de su Fe de bautismo, único documento válido en la época.

Esas semejanzas y algunas diferencias son, a nuestro juicio: Zamora nació en un hogar acomodado, de abuelos y padres latifundistas; su físico era ojos azules, buena estatura, pelo rubio, blanco, de barba roja, cuando la usó; Maisanta muy blanco, ojos verdes, alto, pelo rubio, sin barba, solo bigote finito; por algo lo llamaban El Americano, que fue su primer apodo antes de que le confirmaran el de Maisanta (madre santa, recordando a doña Bárbara Delgado, la madre). Maisanta salió de un sencillo hogar de Ospino; los estudios de Zamora fueron privilegiados en Caracas y Maisanta una formación elemental; recordemos que entre los prisioneros en Santa Inés estuvo el coronel de ingenieros Olegario Meneses padre, que fue su profesor de matemáticas en Caracas y a quien liberó cuando fue llevado a su presencia, con salvoconducto para Mérida, diciéndole: “Profesor, esto si que no estaba en sus matemáticas” y le prodigó un abrazo emocionado. Algo similar ocurrió con Maisanta, quien en la toma del Puerto y la ciudad de Nutrias, hizo prisionero a su antiguo maestro de primeras letras en Barinas o Sabaneta, el bachiller Elías Cordero, a quien también liberó. Zamora conducía ejércitos, Maisanta guerrillas de pocos hombres; Zamora fue un hombre serio, seco, pero amigable; Maisanta era mamador de gallo y se chanceaba con todo el mundo. Zamora era ideólogo, agitador de masas, Maisanta, en contrario era un hombre atento a las órdenes que se impartían, buen subalterno y mejor jefe; disciplinado; no arengaba masas, las dirigía en el combate dabndo el ejemplo (en Guasdualito o Periquera estaba afuera de las tricheras dirigiendo la lucha, la pierna doblada sobre el pescuezo del caballo, fumando un tabaco y diciendo a sus hombres “No le tengan miedo a las que silban que esas pasan de largo; témanle a las que pegan porque esas pican”. Zamora era comerciante y por un tiempo ganadero; Maisanta comerciante y vaquero en la sabana; Zamora casó con Estéfana Falcón, hermana del Mariscal, sin descendencia, solo crió a los hijos del primer matrimonio de su esposa. Maisanta no casó, pero dejó descendencia, don Ramón Márquez en fulana Márquez, de Ospino; dos en Claudina Infante, de Sabaneta: Pedro y Rafael, abuelo de doña Elena Frías de Chávez y bisabuelo del señor Presidente Hugo Chávez Frías; Ana Domínguez, en doña Rosarito Domínguez, aquella nacida en Villa de Cura en 1913 y quien el 2 de julio pasado cumplió 100 años de edad; José Ramón Flores, nacido en El Rastro, Guárico, con dama desconocida; fueron también sus hijos Elvira Singer y Eliana, de apellido desconocido. Se salvó Itala Unti, su novia en Nutrias, porque Pedro Pérez andaba en guerra y luego en prisión.

Zamora era bueno, leal, odiaba la mentira y a los ladrones. Maisanta era muy buen amigo y quería a los niños porque un niño le salvó la vida en Ospino o Sabaneta. Ambos dirigentes se llevaban muy bien con la tropa y la cuidaban; Zamora, hombre culto, se volvía rústico cuando hablaba con ellos, imitaba sus acciones rudas.

Zamora fue valeroso en combate, Maisanta no solo valeroso sino temerario, a quien se le puede asignar el decir de Andrés Eloy Blanco “Aquello no era valor, sino miedo de seguir viviendo”.

Zamora tenía un lema: Tierra y hombres libres. Pedro Pérez se caracterizó por su legendario grito: ¡Maisanta que son bastante y van cayendo de a dos!! Genios y figuras. Estas cosas las manifesté en una conferencia en Santa Inés de Barinas, que agradecemos a Miguel Escobar y a su hija Marielba. Volveremos por estos caminos

oldmanbotello@hotmail.com

 

*Cronista del municipio Girardot

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