Para empezar, esta no es una crítica de un cinéfilo especialista profesional. De hecho, es una opinión sesgadísima de un chavista recalcitrante. Dicho esto, continuemos.
No redundaré tanto en lo que coincide todo el mundo; la calidad técnica es notabilísima, e impecable. La música de Dudamel es excepcional, la fotografía hermosísima, la actuación de Edgar Ramirez es electrizante, el Director Alberto Arvelo difícilmente se superará así mismo luego de este trabajo, en fin, tiene todo lo que uno puede esperar de una película épica de las que llegan a estar entre las más vistas en el cine y que suelen realizarse alrededor de figuras históricas importantes. Mil aplausos.
He leído apreciaciones sobre las “imprecisiones” y “vacíos” históricos de la película. Creo que quienes hacen tal aseveración, si bien opinan con asertividad y de buena fe, en realidad son quienes se equivocan al creer que esta película es una película histórica. No lo es en lo absoluto. En la película apenas se usa el recurso de reseñar alguno que otro lugar y fecha para de alguna manera orientar a los espectadores. Esta película no es una película historiográfica, cuyo hilo conductor es la cronología de los eventos. No. Los detalles del historicismo (fechas, lugares, batallas, cartas) no tienen ni siquiera un rol segundario en esta película. A mi parecer, es una película acerca de la dimensión humana de un hombre arrollado por la historia y a la cual él mismo le tuerce el brazo, para verse luego sumergido en ella misma.
Muchos podrán decir, si es un error que no haya sido reseñada la batalla de Carabobo, los detalles del amor por Manuela, el encuentro con Morillo, la aparición de Bolívar el 19 de abril de 1810 y 5 de julio de 1811, el juramento ante el Monte Sacro, el fusilamiento de Piar, que si Bolívar vio por vez primera a Manuela estando ella en un balcón y no en una fiesta, hasta los defensores de los animales se preguntarán porque no apareció el perro Nevado, en fin, una película que narre la cronología de Bolívar podría durar mil horas, y sería insuficiente. La historia aquí es un recurso libre para recrear una prosa alrededor del personaje central. Tanto es así, que la película da a entender que Bolívar envía la llamada “Carta de Jamaica” a Martin Torkington (personaje interpretado por Danny Huston). Y todos sabemos que esa carta la envió Bolívar a Henry Cullen, además de que Martin Torkington es un personaje ficticio. Es que esta no es una película histórica, acá la historia nuestramericana, independentista, es un recurso para relatar la historia de un hombre atrapado en su ímpetu y en sus circunstancias.
Como vemos, en la película Bolívar casi ni desaparece del 1er plano de la imagen, no hay referencias a otras secuencias de eventos donde Bolívar no aparece físicamente. Esto indica que el Director quería ilustrar el mundo inmediato del hombre, su introspección, su círculo inmediato, su realidad, su carácter ensimismado, su ímpetu, su amor, sus pérdidas, sus hazañas.
Este quizá puede ser el Bolívar «menos mantuano” que se haya visto en el cine. Descamizado, con ropa hecha harapos en sus campañas, su vínculo directo con esclavos, con negros cimarrones, con mestizos, con indígenas, hace de los marginados y excluidos de la época, los protagonistas centrales de la lucha de la independencia, como así fue. Nada de cónclaves de burgueses haciendo la conspiración independentista, estos casi desaparecen de escena y aparecen sólo en tiempos de la traición como miembros del Congreso de Bogotá. El círculo de vínculos afectivos y militares de Bolívar se reduce a figuras como O´leary como lugarteniente de Bolívar, Urdaneta como su General más leal y Sucre como el Gran Mariscal, el «Abel de América». La relación de Bolívar con la negra Hipólita es conmovedora. El ejército libertador fue presentado como lo que fue; un ejército más parecido al de Las Montoneras de Boves (Esclavos negros, indígenas, mestizos, zambos) que a la imagen clásica del ejército profesional ordenado y bien uniformado que pintó Tito Salas. La película deja en entredicho a figuras como Miranda. Y a Santander y Páez (los traidores, creadores del movimiento divisionista “La Cosiata”), y exalta la labor de la Legión Británica y la Legión Irlandesa en la lucha por la Gran Colombia, reseñando la caída de Henry Wilson en Boyacá.
La gran presencia de Maria Teresa del Toro, incluso al final de la película, relata justamente la dimensión humana de Bolívar, al momento de morir Maria Teresa, es cuando el jóven Bolívar se parte en dos, es el punto de quiebre entre el niño rico y el idealista. Esa imagen final de Bolívar con María, es el punto exacto de una circunstancia en un hombre que cambió el continente. Quizá la falla en la presentación de la dimensión humana de Bolívar, radica en la poca presencia de Manuela. La relación de Bolívar con Simon Rodríguez (el único que le alzaba la voz a Bolívar) es electrizante. Es exacta a lo escrito por el Profesor Armando Rojas en su libro «La Simbiosis de los Simones» hace 10 años, una analogía entre Bolívar y Rodríguez amalgamados en una épica libertaria, en contraposición a Alejandro Magno y Aristoteles, amalgamados en la épica conquistadora. Alumno y maestro fundidos en un torbellino de ideas.
Me detengo en este punto para hablar del guión. Vaya, hubo que traer a Timothy Sexton, un gran contador de historias, al cual se le hicieron llegar algunos libros, para que finalmente le diera parto a un guion fabuloso; un contrasentido a las historias biográficas, y más bien, una presentación descarnada y sublime de Bolívar. Intriga, traición, amor, soledad, furia, y todos los buenos componentes de una épica están en esta película. Un Bolívar peleando batallas y dando muerte con sus manos, junto a legiones de negros, zambos y llaneros que fueron a dejar el pellejo en los andes y en el alto Perú. Esta película generará controversia en Colombia. Timothy Sexton no duda en inscribirse en la línea de los que colocan a Francisco de Paula Santander como el traidor que intenta asesinar a Bolívar en 1828. De hecho, hasta lo hace figura presencial en el intento de magnicidio. Todavía en la historia andan especulaciones del responsable de tal intento, pero pocas veces se hace una alusión tan directa a Santander.
Debo decirlo, al salir del cine escuché a alguien comentar-con cierto desagrado- en esa odiosa fila de la salida de la sala: “Esa versión de la muerte de Bolívar es la versión de Chávez”. Si. Es la versión de Chávez, la misma de Jorge Mier Hoffman, descendiente de Joaquien de Mier, dueño de la Hacienda Santa Martha y quien se dijo, habría facilitado un buque a Bolívar para zarpar a Venezuela desde Cartagena en diciembre de 1830. Timothy Sexton comprendió el entramado de traiciones alrededor de Bolívar y entendió como pocos podemos entenderlo, que es muy, pero muy poco probable que Bolívar haya muerto de tuberculosis, justo cuando se disponía a iniciar una guerra civil para retomar la unión Grancolombiana; cosa que es un hecho histórico. Es decir, Sexton, al igual que Chávez y al igual como yo lo creo, asume que Bolívar fue asesinado.
Esta película generará polémica en tal sentido. No. No creo que pasará desapercibida como algo de “Interpretación libre del Director” esto del asesinato de Bolívar. Muchas de las hipótesis del asesinato de Bolívar yacen en los escritos del Profesor Jorge Mier Hoffman, quien describe un entramado de traiciones que llevan a la captura de Bolívar, justo antes de él partir a Venezuela a unificar las tropas leales a la unión. Las hipótesis son varias, invito a investigarlas. Yo si creo una versión de los eventos; yo creo que Bolívar si fue capturado, y que luego encarcelado, fue envenenado. No murió de tuberculosis; lo único que se pudo probar con respecto a la muerte de Bolívar fue que murió envenenado con mercurio. Las hipótesis dicen que este envenenamiento fue debido a mala praxis médica, pues el mercurio se usaba como medicina para la época. Soy de los que creen que a Bolívar se le administró mercurio en su cautiverio a sabiendas que lo estaban envenenando.
La historia alrededor de la muerte de Bolívar, la hicieron los cronistas y los escribas de los mismos que lo traicionaron y que intentaron matarlo antes; los divisionistas, los de La Cosiata. Todos sabemos que el nacimiento de la Gran Colombia implicaba la abolición de la esclavitud, y sobre el modelo esclavista yacían los privilegios de la clase burguesa, así que Bolívar fue un tipo peligroso que podía dar al traste con intereses económicos muy claros de sectores que financiaron la guerra independentista sólo para aumentar sus privilegios al ganarla. Ese es un elemento de terrible sospecha. La historia demuestra tal hipótesis. Páez asume la Presidencia de Venezuela en 1830, y la esclavitud no se abolió sino décadas después. Páez fue el 1er Presidente de la 4ta República. A mi parecer creo que ellos sepultaron la verdad.
Sobre los resultados de la exhumación a los restos del Libertador, creo que además de no ser concluyentes, no toda la verdad salió a la luz; Que Chávez anunciara que los colombianos mataron a Bolívar, sería en nuestro tiempo, casi lo mismo que hubiese sido, si tal cosa hubiesen dicho de Bolívar en 1830. Habría muchos dispuestos a matarse por eso. Ocultar las causas exactas del asesinato de Bolívar en 1830 era evitar una guerra fratricida, un baño de sangre. Tal verdad, hoy tendría implicaciones serias. Si tienen dudas, revisen el comportamiento de la prensa y las relaciones entre Colombia y Venezuela, antes y luego de publicarse el informe forense del cuerpo del Libertador. Vean ustedes mismos que ocurrió; a mi parecer, el cambio fue súbito, radical y absoluto. Cambió para bien (o para mal, según lo miremos). A veces tengo la hipótesis descabellada de que algún día veremos un testamento en video de Chávez (pues él sabía que iba a morir), y que será revelado habiendo circunstancias propicias, en la que dirá muchas cosas. Creo que en ese video Chávez aparecerá pidiendo perdón al país, por no revelar todas las verdades halladas en el cuerpo de Bolívar. En fin. No me hagan caso.
Sobre la película, vaya, al entrar al cine creí que saldría emocionado. Más bien me embargaron emociones profundas, y una tristeza al ver recrear el asesinato del hombre más grande que ha parido este suelo. Casi no podía decir palabras. Pocas veces algo audiovisual toca ciertas fibras, quizá, nosotros quienes creemos en el ímpetu libertario nuestro, asumimos que la gesta de Bolívar fue la épica más grande e inacabada que conocerá la historia del continente americano. Eso toca de cerca nuestro compromiso, el de luchar, el de seguir. El de hacer Patria.
Una película no cambia del todo nuestro compromiso, pero nos lo recuerda, si es que lo tenemos. Llámenme loco si quieren, pero modestamente, ver a ese Bolívar recreado allí, me hizo reflexionar sobre algo: Como venezolano, como patriota, tengo (tenemos), una responsabilidad enorme, la responsabilidad absoluta de tener Patria y de atesorar y dar parto al sueño americano, hecho carne, hecho nosotros.
Franco Vielma
Muy buen post. La película nos hace un llamado al compromiso revolucionario, ante las adversidades, con la redención de los pueblos y contra la traición, que como ayer, hoy toca la puerta. Nuestro camino es el socialismo. Vacilar es perdernos, diría nuestro Libertador. Saludos desde Lara.
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Saludos José. Tienes razón. Había que bajar de los altares a Simon Bolívar y rescatar su lucha. Dejó de ser un personaje «histórico» para ser pueblo. Gracias por comentar
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En ese sentido, hay dos Bolívar, el de antes y después de María Teresa, pero en otro sentido también se puede decir que hay dos Bolívar, el primero luchaba originalmente por la misma causa que sus compañeros mantuanos; No soportaban ser gobernados desde España cuando podían ellos solos ser los reyes de América y hacer lo que les diera la gana aquí (eso se ve clarito en la película de Boves) El otro Bolívar, tras relacionarse con los Haitianos y con sus propias tropas cambia parcialmente de idea y pasa a defender reivindicaciones sociales, dándose cuenta (con justicia) de que la Independencia no servía para un carajo si el status-quo social de la Colonia se mantenía igual, que era justamente lo que querían sus colegas mantuanos.
Por supuesto, al final ya sabemos quiénes ganaron, J. A. Páez hizo el mismo viaje pero a la inversa.
Bolívar no era un Socialista proto-marxista, era en todo caso un Liberal (como los Liberales que gobernaron Venezuela en algún momento, no como los neo-liberales de hoy) y al parecer eso fue suficiente para que mínimo, intentaran matarlo, demasiado torpes como para lograrlo sin ayuda de la suerte. (Como los mantuanos de hoy en día)
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Saludos. Una buena pregunta seria: ¿Bolívar hubiese hecho lo que hizo si María Teresa no hubiese muerto? Se hubiese conformado con la tranquila vida de hacendado feliz? Gracias por comentar
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