Eco, fue castigada a vivir en los montes y en las cuevas y a pronunciar las últimas sílabas de las palabras que otros pronunciaran.
Poema artificioso con versos ecoicos, basados en el coro y el eco, un juego de palabras para el divertimento. Recordando a la parlanchina ninfa Eco, que al morir, su voz repetía las últimas sílabas de todo lo que escuchaba.
-¿Quien pasea los caminos
entre las cosas más bellas?
– Ellas
-¿Quiénes son esas doncellas
que se quedan enmarcadas?
– Hadas.
-¿Acaso son engendradas
por en sutil movimiento?
– Miento…
-Remarcan el sentimiento
otras, resurgen borrosas…
…
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