La VI Bienal Nacional de Literatura Orlando Araujo, realizada durante los días 14, 15, 16 y 17 de agosto en la licenciosa, silenciosa y acogedora ciudad de calderas, municipio Bolívar del estado Barinas, convocada por la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello y organizada bajo la coordinación de bienales que dirige el poeta Pedro Ruíz, con apoyo del CENAL, Gobernación del estado Barinas y Gabinete Estadal de Cultura Barinas del Ministerio del poder Popular para la Cultura, fue realmente un encuentro personal con el autor de Compañero de Viaje, Miguel Vicente Patacaliente, donde aparece reflejado y contado un pueblo hasta entonces desconocido, pues, según Earle Herrera en el prologo de Compañero de Viaje y otros relatos (Monte Ávila editores Latinoamericana) 2005, esta obra “…es la crónica de un puñado de hombres y mujeres que aventados por las guerras civiles y penurias buscan un lugar de refugio y terminan fundando un pueblo”.
Aclara más adelante Herrera que “la expresión -lugar de refugio- en la narrativa de Araujo, no refiere solamente a espacio físico, si no espiritual”, y eso lo hemos podido constatar amen del tiempo transcurrido los que logramos asistir a este evento de las letras, porque andar por esas calles caldereñas que se bebió a sorbos Orlando Araujo con sus amigos en las noches de bohemia, es aceptar un modo distinto de ver y sentir cada cosa, admirar el paisaje con su verde ocre, oír el rumos de aquel ríos de tantas historias de infancia amorosa y presenciar la tímida salida del sol en la ensenada, es precisamente apreciar el nacimiento de un poema fresco que mana de las profundidades de una tierra mágica, que por una parte sirvió de cuna del poeta y fue a la vez materia prima para una literatura que escrita desde el corazón y, que aun siendo ficción nos acerca a una realidad que palpita cada vez más inmediata.
Igualmente, pudimos darnos cuenta que allí en el seno de aquel pueblo apacible está la presencia del poeta, lo encontramos en la conversación con los campesinos, en los niños tristes, en los jóvenes visionarios, en las mujeres hermosas y alegres, las paredes añosas testigos de un tiempo, en las ventanas grandes propicias para el romance, en las veredas empedradas que marcan una huella eterna, en la casa natal con sus recuerdos y motivos y en la plaza pequeña de arboles gigantes y buena para el encuentro, donde nos reunimos después de las charlas y conversaciones en las comunidades para el homenaje de la palabra, los poetas y escritores asistentes a la bienal capitaneados por el siempre consecuente Ramón Palomares, William Osuna, Gabriel Jiménez Eman, Arnulfo Quintero López, Ingrid Chicote, Ana María Oviedo, Waffi Salih, Antonio Trujillo, Daniel Molina, Pedro Ruiz, Beatriz Rondón, Yuleida Toro, Doris Rojas, Arnaldo Erazo, Livio Delgado, Leonardo Ruiz Tirado, Gionderlys Montilla y Christian Valles entre otros, además de una gran cantidad de jóvenes lectores y cultores que andan en busca de esos rumbos que conducen a la eternidad de los sueños.
Luis Mendoza Silva
*Cronista de Boconoito