Creada junta para la conducción de las aguas del río Santo Domingo a su antiguo cauce

Marinela Araque

El 25 de agosto de 1903, el General Francisco Parra Pacheco Presidente Constitucional del Estado Zamora preocupado por el cambio del cauce del río Santo Domingo por el caño de Obispo que había traído casi anulación de la navegación de Torunos al Puerto de Nutrias, lo que acarreó considerables pérdidas a los intereses comerciales de esos pueblos, nombró una junta para la conducción del río Santo Domingo a su antiguo cauce.

Considerando también, a que en la estación de sequía, y debido a la desviación antes mencionada, Barinas carecía de agua potable suficiente para su abastecimiento por la distancia que le quedaba el río Caipe, que era el lugar más próximo de donde la ciudad se proveía de este indispensable elemento.

Como lo reseña el periódico La Juventud del 5 de julio de 1888, el Caipe era un pequeño ramal que se separaba del río Santo Domingo como a una legua antes de su paso por la ciudad de Barinas y volvía a ingresar a su cauce primitivo después de formar una isla en su parte más ancha.

Sumado a lo expuesto, y por la misma razón, la población de Libertad, considerada en la época como una de las mayores plazas comerciales del estado Barinas, se hallaba seriamente amenazada por la confluencia del río Santo Domingo con el Masparro, y para evitar mayores males, se hacía urgente la realización de los trabajos que devolvieran las aguas de dicho rio a su cauce primitivo.

Por lo tanto, el Ejecutivo del Estado designó a los ciudadanos Pedro Encinoso, Diego Ramírez, Pascual Filardo, Julio Jiménez, Marcelino Parra Bastidas y don Nemecio Lozano para formar la junta. Al instalarse la misma, debían elegir su presidente, tesorero y secretario.

Estos cinco miembros, tuvieron la responsabilidad de examinar el lugar por donde a su juicio debía hacerse el trabajo para devolver el río a su antiguo cauce. Además, presentaron ante las autoridades un informe sobre la exploración del río.

Asimismo, les correspondió elaborar el presupuesto aproximado del costo de dicha obra y dirigir los trabajos atendiendo las recomendaciones del gobierno regional. Los fondos para dicho trabajo, provendrían del gobierno y de las contribuciones realizadas por los comerciantes y los interesados. Al terminar la obra, la junta presentó las cuentas al gobierno para su debida aprobación.

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