Entre levantamientos e insurrecciones: Obispos en 1871


Samuel L. Hurtado C.

El clima de inestabilidad política vivido a finales del siglo XIX estaba latente en los lugares más recónditos de la República. Como muestra podemos precisar los acontecimientos suscitados en 1871 en la jurisdicción del entonces Departamento de Obispos, en donde, diversos documentos localizados en el Archivo General del Estado Barinas, fechados entre el 4 de marzo y el 24 de noviembre, nos hacen referencia a una serie acciones libradas en los pueblos de Sabaneta y La Yegüera.

Al respecto, el 4 de marzo de 1871, Juan José Canales, quien era Presidente del Estado Soberano de Zamora (hoy Barinas), emitió un comunicado al Jefe Civil y Militar del Departamento de Barinas, informando que el coronel Constantino Busto, había sido designado Jefe de Operaciones de Santa Inés, La Palma, El Real y La Luz, quien, a su vez, estaba autorizado para la “captura y persecución de los reaccionarios del Estado”, que en esos momentos amenazaban la estabilidad política de la región.

La situación en los días siguientes se tornó algo tensa. El Jefe Civil de Obispos, ciudadano Antonio Escobar, informaba mediante esquela de fecha 9 de abril que se había tomado la plaza de Nutrias. Asimismo, solicitaba al Jefe Civil de Barinas que reuniera los hombres que pudiera sin excepción y las armas que tuvieran a su alcance. Posteriormente, el 18 de mayo, los godos habían invadido la población de Santa Rosa y allí permanecerán durante cierto tiempo.

El panorama de inestabilidad se acentuó a mediados de agosto, pero esta vez, las fuerzas del gobierno lograron salir victoriosas. El 27 de agosto, Manuel María Moreno, Jefe Civil y Militar del Departamento de Obispos, notificaba que en horas de la noche habían entrado los godos a Sabaneta, siendo abatidos por las fuerza de Prieto y Pumar, dando como resultado unos 42 heridos por parte de los reaccionarios. Del mismo modo, advertía al Jefe Civil y Militar de Barinas, que los enemigos que había huido había marchado por la vía del Urero, en dirección a Barinas, razón por la cual le sugería tomara las medidas que considerara convenientes.

Meses después, aunque se había derrotado a los godos en el sitio de La Yeguera, haciéndolos regresar a Nutrias, con la pérdida de 20 soldados entre muertos y heridos, dos caballos ensillados y 16 fusiles con su correspondiente correaje y pertrecho, el panorama para las fuerzas del gobierno no era nada halagador. Los enemigos estaban nuevamente en Nutrias, por lo que, el Jefe Civil de Obispos, solicitaban nuevamente al Jefe Civil y Militar de Barinas, las 200 piedras de chispa de fusil que estaban en su poder y los fulminantes de fusil que tuviera y pudiera conseguir, a fin de hacer frente a los enemigos.

Al parecer, al año siguiente los obispeños gozaran de un clima de mayor estabilidad política. Sin embargo, las revueltas y alzamientos serán durante el siglo XIX el “pan nuestro de cada día”.

hurtadosamuel@gmail.com

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