Como siempre me pasa con sus libros, éste me tiene imbécil. Ok, lo estaba desde antes, pero ahora un poco más. Esta «novela» no es lineal ni cuenta una historia, sino entrecruza tramas, planos, personajes y líneas de tiempo en torno a la voz de un escritor que intenta reescribir su propia vida en una narración redonda, impecable. Hablo de La parte inventada (Random House), el más reciente libro del autor argentino.
Por accidente me topo en su blog con el «Decálogo para empezar a escribir algo que se supone que será una novela y todo eso, etc.», justamente escrito a propósito de La parte inventada. Qué raro, Fresán escribiendo decálogos:
«[…] DOS Asegurarse –droga dura pero líquida– de que hay (latas, de ser posible) acopio suficiente de Coca-Cola. Hay. Tener, además, título: el título es como el ancla descendente de la novela o el garfio al final de la soga con…
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