En principio, no tengas miedo. Despójate de esa absurda inhibición material sobre conservar tus libros inmaculados como si acabaras de sacarlos de la librería. Un libro virgen es un libro frustrado; además, como recuerda Alberto Manguel, los lectores no pueden más que ser subversivos. Así que desflora tus libros con el placer que merece todo acto textual.
Contrariamente a lo que suele pensarse, la lectura no es un traspaso unilateral de información entre el libro y el lector, sino el descubrimiento que hace de sí mismo el lector cuando se encuentran su experiencia y el libro que está leyendo. Dicho de otra manera, las palabras que contiene el libro son de otra persona hasta que las lees. Es tu voz la que escuchas dentro de tu cabeza mientras lees un libro.
Cuando sientes que algo en sus páginas te mira a los ojos, subráyalo. Puede ser una de esas…
Ver la entrada original 877 palabras más